El arte de combinar vinos y alimentos de manera armoniosa se conoce como maridaje. Este proceso busca potenciar los sabores de ambos elementos, logrando una experiencia gastronómica equilibrada y placentera.
¿Qué es el maridaje en gastronomía?
El maridaje gastronómico es la combinación armoniosa entre bebidas y alimentos con el objetivo de realzar sus propiedades organolépticas, es decir, su sabor, aroma y textura.
Esta práctica ha sido perfeccionada a lo largo de la historia, estableciendo principios básicos que permiten a chefs y sommeliers crear experiencias inigualables.
El maridaje no se trata solo de emparejar vinos con platos, sino que también se aplica a cervezas, destilados y otras bebidas. Sin embargo, el vino es la opción más popular debido a su diversidad de aromas y estructuras que complementan una gran variedad de comidas.
¿Qué tipos de maridaje hay?
Existen diferentes enfoques para realizar un buen maridaje, cada uno basado en principios específicos que buscan el equilibrio perfecto entre bebida y alimento. Los principales tipos de maridaje son:
1. Maridaje por afinidad
Este tipo de maridaje se basa en la similitud de sabores y texturas entre el vino y los alimentos.
Por ejemplo, los vinos blancos afrutados combinan bien con pescados y mariscos, resaltando sus notas frescas y ligeras, mientras que os vinos tintos estructurados son ideales para acompañar carnes rojas y platos especiados, ya que su cuerpo y taninos equilibran la intensidad de estos alimentos.
Por último, los vinos dulces maridan perfectamente con postres o quesos azules, creando contrastes interesantes entre dulzura y salinidad.
2. Maridaje por contraste
El maridaje por contraste consiste en emparejar alimentos y vinos con sabores opuestos pero complementarios, creando un equilibrio armonioso en el paladar.
Un ejemplo de esta técnica es la combinación de vino blanco seco con mariscos. La acidez del vino ayuda a cortar la untuosidad de los mariscos, resaltando sus sabores y aportando frescura a la degustación.
Otro caso clásico es el maridaje de vino dulce con quesos salados. El dulzor del vino suaviza y equilibra la intensidad del queso, generando un contraste atractivo y placentero.
3. Maridaje regional
El maridaje regional se basa en la tradición gastronómica de una región, combinando vinos y platos típicos del mismo lugar para realzar sus sabores de manera natural.
Un ejemplo clásico es el Rioja con cordero asado, una combinación arraigada en la gastronomía española donde la estructura del vino complementa la jugosidad de la carne.
Otro excelente ejemplo de maridaje entre vinos y quesos es el vino tinto de la Ribera del Duero con queso curado de oveja.
Los tintos de esta denominación de origen, elaborados principalmente con la variedad Tempranillo, suelen tener cuerpo, taninos firmes y notas de frutas negras, especias y madera. Estos atributos los convierten en el acompañamiento ideal para un queso curado de oveja, como el queso zamorano o castellano, cuyo sabor intenso y textura firme se equilibran con la estructura y persistencia del vino.

Tipos de maridaje con vino más importantes
El maridaje con vino puede dividirse en distintas categorías según el tipo de vino que se utilice:
1. Maridaje con vinos tintos
Los vinos tintos tienen taninos y estructura que los hacen ideales para platos contundentes. Algunas combinaciones clásicas son:
- Vino de Ribera del Duero con lechazo asado
- Rioja Reserva con chuletón a la parrilla
- Priorat con estofado de jabalí
2. Maridaje con vinos blancos
Los vinos blancos suelen ser frescos y ácidos, ideales para acompañar platos ligeros como:
- Albariño de Rías Baixas con mariscos
- Albillo Mayor con cochinillo asado
- Albillo Mayor con setas salteadas
3. Maridaje con vinos espumosos
Los vinos espumosos son versátiles y equilibran la grasa de algunos platos:
- Espumoso de Albariño con sushi
- Cava con embutidos ibéricos.
- Cava Rosado con arroces de marisco
4. Maridaje con vinos dulces
Estos vinos combinan especialmente bien con postres y quesos fuertes:
- Pedro Ximénez (PX) con tarta de chocolate negro
- Moscatel con tartas de frutas
- Vino de Malvasía de Lanzarote con foie gras
¿Cómo hacer un buen maridaje de vinos y comidas?
Para lograr un maridaje exitoso, es importante seguir ciertos principios básicos:
Considerar la intensidad de sabores: Un plato fuerte necesita un vino con cuerpo, mientras que una comida ligera se equilibra con vinos más frescos.
Respetar la acidez: Un vino con alta acidez realza los sabores del alimento y equilibra comidas grasas.
Tener en cuenta los taninos: Los taninos del vino pueden intensificar el amargor de algunos alimentos o suavizar carnes rojas.
Maridar según la temperatura: Platos fríos funcionan mejor con vinos ligeros y refrescantes, mientras que platos calientes requieren vinos con más estructura.
Experimentar y probar: No hay reglas absolutas; lo más importante es probar distintas combinaciones y descubrir lo que mejor funciona para cada paladar.
Errores a evitar si quieres disfrutar de un buen maridaje
Si bien el maridaje es una cuestión de preferencias personales, hay errores comunes que pueden arruinar la experiencia gastronómica:
Ignorar la acidez: Un vino con poca acidez puede resultar plano junto a platos ácidos como ensaladas con vinagreta.
Usar un vino demasiado potente: Un vino con mucho cuerpo puede opacar sabores delicados.
No considerar el dulzor: Un vino seco con postres muy dulces hará que este parezca amargo.
Combinar vinos tánicos con comidas amargas: Puede intensificar la sensación de amargor.
No probar la combinación previamente: Siempre es recomendable catar el vino y la comida juntos antes de servirlos en una ocasión especial.
Conclusión
El maridaje es una técnica fundamental que permite potenciar los sabores de vinos y alimentos. Entender qué es el maridaje y cómo aplicarlo correctamente puede transformar una comida común en una experiencia inolvidable.
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Siguiendo los principios y evitando los errores comunes, cualquier persona puede dominar el arte de combinar vinos y platos, disfrutando al máximo cada bocado y cada sorbo.